Caos. Furia. Destrucción.
El Gran Cambio ha llegado...
Algunos
dicen que, para cambiar el mundo, primero hay que quemarlo. Esta idea
se va a poner a prueba en el crisol de la revolución: los rompedores y
los quemadores se hacen con el poder y el humo de los disturbios ha
sustituido al de las fábricas. Todo ha de someterse a la sabiduría de
las multitudes.
El ciudadano Brock ha decidido convertirse en un
héroe de la nueva era y la ciudadana Savine tiene que reconducir su
talento de la búsqueda del beneficio a la mera supervivencia. Orso va a
descubrir que, cuando el mundo está bocabajo, nadie está en peor
posición que un rey. Y en el sangriento Norte, Rikke y su frágil
Protectorado se están quedando sin aliados... mientras Calder el Negro
llama a sus fuerzas y trama venganza.
El sol de la Unión ha caído
al barro y en la sombra, tras las bambalinas, los hilos del despiadado
plan del Tejedor se van trenzando poco a poco...
Mi opinión
Cierre de oro de una de las obras (de momento) que pasará al olimpo de la fantasía moderna. Parecía algo realmente complicado de conseguir, pero para Mr. Grimdark está claro que no hay nada imposible. El desenlace de
La Era de la Locura es un trepidante relato lleno de giros, situaciones límite, sangre e higadillo, decisiones difíciles, combates, política, etc... Nada ha quedado en el tintero.
Los diferentes personajes deben convivir con las consecuencias de la sangrienta revolución iniciada en el primer volumen de la trilogía, que nos muestra, como en la historia real, que en la mayoría de los casos estos sucesos acaban con un régimen únicamente para sentar en su lugar a un bando contrario que simplemente girará las tornas entre reo y justiciero, con similar violento desenlace.
Abercrombie juega de manera maestra con los sentimientos de los personajes, retorciéndolos, llevándolos al lado más oscuro de su alma, convirtiendo a todos y cada uno de ellos en monstruos que deben traicionar sus principios en pos de un cuestionable bien común. No se salva nadie de la venganza de la pluma de su autor; una maravilla para el lector.
Los brutales acontecimientos se desarrollan a una velocidad vertiginosa, sin descanso para el excitado leyente que devora página tras página en busca de más, anhelando y a la vez queriendo retrasar un final al que no se quiere llegar, pues significa el fin de su éxtasis.
Todo es tan rápido y tan adictivo que a mitad del libro parece que todo el pescado está ya vendido, solo para deleitarnos con nuevas vueltas de tuercas, nada forzadas, que aumentan si cabe el interés de lo que nos espera, demostrando lo salvaje que puede llegar a ser el británico con sus personajes.
Ya al final del camino, sin fuelle, temblando y enfervorizados, Abercrombie nos da un pequeño caramelito, en forma de posible continuación, aunque a la obra ya parece que se le ha agotado el jugo. Pero todo nos lo podemos esperar de la imaginación de este hombre; así que esperaremos a que El Círculo del Mundo siga encima de la mesa tras la esperada nueva trilogía en la que trabaja el autor: The Devils.
Valoración
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