Al encontrarme con este cómic, su sinopsis me cautivó de inmediato. La idea de que Dios nos visite para evaluar su creación resulta irresistible.

A partir de esta premisa, el autor nos presenta una obra profundamente reflexiva, en la que cada lector se sumergirá según sus necesidades y deseos. No impone ninguna visión ni del personaje ni de su supuesta obra, dejando todo a la interpretación del lector. Esto requiere un esfuerzo que no siempre estamos dispuestos a realizar.

Entre las bambalinas de todo lo que representa la llegada del Ser más importante que pueda existir, la historia se mueve entre situaciones absurdas, testimonios surrealistas, comportamientos estrafalarios y una infinidad de reacciones que el lector debe digerir para extraer el máximo jugo de la historia.

El tratamiento de la historia en los medios de comunicación y la denuncia de la monetización salvaje del personaje hubiesen sido aún mucho más despiadados si la época en la que se refleja la acción hubiese incluido internet y las redes sociales. Sin duda es algo que hubiese dado mucho juego a la historia.

A pesar de que todo parece prometedor, debo admitir que este cómic resultó tedioso y, en muchas páginas, aburrido para mí. Quizás no estaba en el estado de ánimo adecuado para cuestionarme y reflexionar sobre mis pensamientos. Tal vez el personaje (que siempre me ha atraído) perdió su interés en esta ocasión. Quizás la combinación de guion y arte no logró convencerme del todo. Quizás fue un poco de todo esto... El resultado final fue que no disfruté en absoluto de la lectura y me costó horrores terminarla.

El arte, en blanco y negro, con trazos escuetos y sobrios, tampoco ayuda mucho si no logras engancharte desde el principio a la historia, lo que aumenta la sensación de monotonía general. Entiendo que pueda ser perfecto para la intención del autor, y estoy seguro de que aquellos que disfrutaron de su lectura pensarán que es una combinación estupenda, pero en mi caso, solo alimentó mi desgana.

En realidad, considero que este cómic es muy bueno, pero requiere ser leído  atendiendo a los esfuerzos a realizar y en el momento mental adecuado. Lamentablemente, no fue mi caso. ¡Qué lástima!