Ficha
Autor: Ed McDonald
Fecha: 2018 (castellano)
Saga: La marca del cuervo
Género: Fantasía épica adulta - Grimdark
Sinopsis
La Miseria es tierra de nadie: una peligrosa y corrupta frontera entre
la República y los Reyes de las Profundidades. Cuando los traidores,
ladrones y espías tratan de burlar a la autoridad, van a parar a la
Miseria. El trabajo del capitán Ryhalt Galharrow es, siempre que no
hayan sido presa de las retorcidas criaturas que habitan en sus
cambiantes y contaminadas arenas. Hay una paz tensa, incluso para un
hombre de la experiencia de Galharrow. Pero es un lugar necesario,
porque la única defensa de la República contra los Reyes de las
Profundidades es la «Máquina» de Punzón, un arma de poder incomparable
que protege las fronteras del desierto, siempre y cuando no empiece a
fallar…
Mi opinión
Es este mundo desconocido lo primero que atrae la atención del lector. La Miseria, un submundo cambiante y lleno de horrores, donde habitan los "orcos" de turno y alimañas de lo más variado. Una pesadilla surgida por la necesidad de protección ante los malos, malísimos de siempre, empeñados en destruir el mundo, como siempre. En la frontera con esta temible extensión que separa a los humanos de los temibles Reyes de las Profundidades se encuentra El Límite, con sus puestos de vigilancia como muro de contención a sus ansias conquistadoras.
En este escenario Ed McDonald sitúa al elenco de personajes que se enfrentan a los temibles Reyes de las Profundidades. Para ello disponen de dos armas: la citada Máquina de Punzón, especie de bomba de Hiroshima, y los tejedores, talentos naturales capaces de "tejer" la luz que desprenden las tres lunas que orbitan alrededor del mundo creado por el autor, y cuya energía puede canalizarse en diferentes vías.
Hay que reconocer que la ambientación está muy lograda. Es fácil sumergirse en ese sucio mundo y en los tejemanejes de sus habitantes. Allí nos encontramos con el capitán Ryhalt Galharrow, amargado antihéroe, borracho autodestructivo que en tándem con la tejedora Ezabeth Tanza protagoniza la trama de la novela. Junto a ellos se sitúan una serie de necesarios personajes corales.
Yo confieso que no he conseguido empatizar con nuestro desdichado Blackwing, su personaje me parece en ocasiones demasiado artificial, y no acabo de creérmelo. Sí que es cierto que tiene sus buenos momentos, pero en general me resulta demasiado hiperbólico para ser creíble. Nenn, su segunda sí me parece mucho mejor dibujada y Tnota, el guía, me parece que está poco aprovechado. Ezabeth Tanza cumple bien con su papel.
En cuanto a la narración es algo discontinua, con momentos bastante intensos y otros algo más flojos, pero en resumen resulta una lectura entretenida y muy manejable.
La trama no está nada mal. A medida que pasan las páginas, aprendemos más del mundo que nos presenta su autor, y de cómo se ha llegado a ese momento. Situaciones mejor resueltas que otras, giros y sorpresas (como no puede ser de otra manera en la fantasía moderna), tensión y un punto final de épica bastante lograda, nos llevan al final de una novela que pienso se podría haber exprimido un poco más, haciendo más profunda la inmersión del lector en su mundo.
No obstante, es un libro relativamente corto y ameno, a la par que autoconclusivo, aunque deje abierto varios frentes, por lo que se hace una lectura recomendable.
En un primer momento pensé en no continuar con la saga, ya que no me había convencido del todo, pero ahora quizás sí pienso en darle su oportunidad.
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