Ficha:
Autor: Steven Erikson
Fecha: 2011 (castellano)
Saga: Malaz - El Libro de los Caídos 4
Género: Fantasía épica adulta
Sinopsis:
En el norte de Genabackis, tres guerreros de una tribu salvaje
descienden de las montañas para atacar las tierras del sur. Para uno de
esos guerreros, Karsa Orlong, ese día marca el comienzo de lo que
resultará ser un destino extraordinario.
Pasados unos años, Tavore, la inexperta consejera de la emperatriz, debe
enfrentar se a la tarea de adiestrar a doce mil soldados y convertirlos en una
fuerza capaz de desafiar a las hordas de la elegida, Sha'ik, que
aguardan en el sagrado desierto. Pero la espera nunca es fácil. Los
caudillos de la elegida están enzarzados en una lucha de poder que
amenaza el alma de la rebelión mientras que Sha'ik está obsesionada por
la confrontación con su mayor enemiga: su propia hermana.
Mi opinión:
Nos adentramos de nuevo en el universo de Erikson para seguir con la historia de Malaz, retomando los acontecimientos en el punto en el que nos quedamos en Las Puertas de la Casa de la Muerte, tras la épica y lúgubre Cadena de Perros, por lo que dejaremos colgada la trama principal de Memorias del Hielo, con Dujek, Brood y Rake, que suponemos retomaremos más adelante.
El inicio del libro, pero, no se centra en esta historia, sino que retrocedemos atrás en el tiempo para disfrutar de las hazañas de Karsa Orlong, un gigantesco guerrero de la tribu Uryd de los Teblor, una raza más del abultado abanico que puebla el universo de Erikson.
La historia de Karsa es fantástica y en pocas páginas ya hemos empatizado con el personaje, que promete tener una gran relevancia en el rompecabezas de Malaz. Es su historia una especie de despertar de la fantasía tradicional del superhéroe al estilo del canadiense: oscuro, falso y, sobretodo, sanbgriento. Sin duda son las páginas con más acción de todo el volumen y se disfrutan desde el principio al fin. Además, sirve a Erikson para explicar algunos hechos de libros pasados que parecían sacados de la manga y sin justificación.
Tras las páginas dedicadas a Karsa, volvemos al desierto de Raraku, donde Sha'ik aguarda a las tropas enviadas por Lassen para detener la revuelta en Siete Ciudades, guiados por Tavore. En este punto la acción decae en pos de la intriga, dedicándose Erikson a recolocar el sinfín de piezas sueltas que teníamos para preparar el escenario de cara a las siguientes entregas.
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Tavore y el Torbellino |
Aprovecha Erikson sus páginas para posicionar las diversas facciones en lucha en su lugar correspondiente, tras la bendición de La Casa de Cadenas por el Señor de la Baraja y la entrada en el panteón del dios Tullido.
También se aprovecha el lento avance del decimocuarto ejército malazano hacia Raraku para arrojar luz sobre alguna de las cuestiones que quedaron sin resolver en las anteriores entregas, pero no nos hagamos ilusiones; cada vez que Erikson hace ésto, despliega múltiples sombras a su alrededor, complicando el desarrollo de la historia.
Que Malaz es una saga compleja y exigente lo hemos dicho más de una vez, pero si has llegado hasta aquí es que te va la marcha, por lo que no hay inconveniente alguno en que Erikson introduzca nuevas sendas, fortalezas, tronos y unas cuantas razas más, de las que hasta ahora poco sabíamos. Demos la bienvenida con cariño a los Tiste Edur, Tiste Liosan y los misteriosos Forkrul Assail.
Ha llegado un momento en que aceptamos lo poco que sabemos del mundo de las sendas, dioses, ascendientes y demás con cierto estoicismo, por lo que agrandarlo con nuevas sendas, el tema de las fortalezas y demás, no implica más que guardar otro incomprensible dato más en la cabeza, a la espera de que Erikson nos desvele poco a poco su significado. Por lo menos, curtidos como los más veteranos de los sargentos malazanos, no nos asusta nada.
Como me ha pasado en los anteriores libros, de tanto en tanto pienso que su autor toma unos caminos demasiado sencillos para introducir nuevos elementos que se supone necesitará en la trama y, tras leer relatos tan trabajados como la historia de Karsa, sorprende la torpe manera de introducir por ejemplo a los Assail, o que uno pueda comprar en un mercadillo piedras que convocan demonios letales capaces de aniquilar a un regimiento como el que compra unos nabos para el caldo. Es algo que no me gustó nunca, que disminuye a partir del segundo volumen, pero que no acaba de desaparecer y que realmente pienso que Erikson sería capaz de solucionar de una manera más rica.
La trama del ejército malazano y el oasis de Sha'ik no es tan épica como estábamos acostumbrados, y en ocasiones se hace un poco lenta, pero sirve para poder evolucionar a varios personajes que parece tendrán un papel importante en el futuro. No obstante no es aburrida y conociendo a su autor, todo tendrá un por qué que nos será desvelado cuando sea preciso.
Por lo que he podido leer del avance de Mareas de Medianoche, el siguiente libro se centra en los Tiste Edur, así que tardaremos unas cuantas páginas en ver como se desarrolla la trama del Imperio y el dios Tullido. Paciencia y a disfrutar del inmenso mundo creado por Erikson.
Valoración:
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