Hace tiempo que la soledad vaga por el Cementerio de los Libros Olivados; no porque sus estanterías resten vacías, ni mucho menos. Pero los hombres grises han ganado la batalla del tiempo, y poco a poco dejamos de lado algunas de las actividades que más nos gustan, como la de chafardear por blogs de literatura fantástica y apuntarnos esas obras que no queremos olvidar.
Hoy, paseando por el gran blog de El Caballero del Árbol Sonriente, no he tenido más remedio que adentrarme de nuevo en los estantes de mi pequeño cementerio, para incluir en ellos dos obras que no quiero que queden en el olvido:
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