Sin duda una de las series que más éxito de público y crítica en 2016. Su primera temporada es sin duda una oda nostálgica para todos aquellos que andamos en los 40 - 50, un flashback basado en un sinfín de homenajes a muchas de las películas míticas que marcaron nuestra adolescencia y que nunca podrán borrarse de nuestra mente.
'Carrie', 'Encuentros en la tercera fase', 'Alien, el octavo pasajero', 'El resplandor', 'E.T. El extraterrestre', 'Poltergeist', 'Ojos de fuego', 'Pesadilla en Elm Street', 'Los Goonies', 'Comando', 'Exploradores', "Cuenta conmigo", "Masters del Universo", "Posesión Infernal", "Cazafantasmas", "Scanners", "La Cosa".... El elenco de reminiscencias y guiños es casi ilimitada, pero a mí especialmente hay una que me ha enamorado: ¡las partidas de Dragones y Mazmorras!
Y es que la saga Dragones y Mazmorras es un hito de la fantasía ochentera y, al ver una partida en la pantalla, no pude dejar de recordar algunas partidas jugadas en casa de un colega al que ya hace muchos años que no veo: Diego. Encerrados en un pequeño desván (aquí el tema sótanos no se lleva), rodeado de trastos a la luz mortecina de una bombilla colgada del techo; una vieja mesa, unas sillas y un grupo de cuatro jugadores que poco se diferencia de esta imagen.
¡Si es que hasta teníamos el mismo corte de pelo!
Stranger Things es añoranza pura, un flashback a nuestra niñez, a aquellas quedadas en las que el que vivía más lejos salía primero de su casa en su Orbea o BH que pesaba 150 kg e iba recogiendo al resto de la pandilla para irnos a jugar a cualquier sitio sin que nadie se preocupara de mucho más que volver a casa a la hora de comer. Y como no, de aquel fascículo con "partidas" de D&D, El Señor de los Anillos o cualquiera de los juegos de rol que estaban en el top en esos años. Imagines que no pueden más que esbozar una sonrisa en nuestra cara.
En cuanto a la serie en sí, tenemos a estas alturas dos temporadas completas en Netflix y está firmada una tercera. Como suele pasar (excepto en Juego de Tronos), lo más probable es que la cosa vaya decayendo como consecuencia de exprimir al máximo todo producto de éxito. Es algo que ya se ha visto en la segunda temporada, mucho más floja y previsible que la primera y que, con casi toda seguridad, sucederá en la tercera. Necesitamos más, y los hermanos Duffer saciarán nuestro mono mientras la rentabilidad así lo dicte.
Sin duda Stranger Things es una gran serie, tiene una trama cuidada, a sabido tocar el punto al espectador y tiene un reparto realmente bueno, mención especial a la pandilla de Mike y los suyos y a la gran fuerza de Millie Bobby Brown, Eleven, que está realmente fantástica.
Otro de los actores que me han encantado es Gaten Matarazzo en su papel de Dustin, aunque he de decir que hasta Winona Ryder hace un papel bastante bueno. Los actores, la ambientación, una cuidada fotografía y esa mezcla de historias pasadas hacen que el disfrute sea total, aunque como hemos comentado, el proceso de declive sea inevitable.
Con esta escena, me puse a bailar (muy mal) |
No sé si la tercera temporada logrará mantener mi atención, pero lo que está claro es que con lo que hemos podido ver, yo ya tengo suficiente.
Para acabar, un vídeo con muchas de las referencias citadas de aquellos no tan maravillosos años, que como todo momento, tenían cosas únicas que no se repetirán.
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