La Casa de Cadenas - Libro II: Hierro frío (Parte II) - Mis Vidas de Papel

La Casa de Cadenas - Libro II: Hierro frío (Parte II)



Capítulo Nueve

Escena 1

Kalam está una tienda de G'danisban. El encargado le que hay un cambio en la Baraja, debido a una nueva casa. Kalam dice que será un culto falso, el hombre dice que es una casa real, porque hay una nueva carta neutral, un Señor de la Baraja, que actúa como árbitro. Aún no se ha aprobado, pero el hombre cree que será aceptada: la Casa de las Cadenas, la casa del dios Tullido. Kalam piensa que la deben atacar, pero el dueño responde que son ellos los que son atacados. Kalam se fija en unos cuchillos Wickanos, de la Cadena de los Perros. Uno aleado con otataral y el otro con una marca en forma de cola de serpiente . Kalam reconoce el sello: Fenn. Thelomen Toblakai, investida por Bellurdan. Kalam compra las armas con diamantes de Cotillion, que el tendero reconoce. El hombre le dice que un grupo de varios cientos de Malazanos están sitiados en la fortaleza cercana de B'ridys, aunque cree que los han aniquilado. Kalam se aleja y piensa: Cotillion, tú estabas allí en el último encadenamiento, le deberías haber clavado un cuchillo a ese cabrón en ese momento.

Escena 2

Kalam camina hacia B'ridys pensando que los Malazans habrán muerto de hambre. Asume que los pozos han sido envenenados para evitar el paso del ejército de Tavore, pero él conoce fuentes secretas. Sha'ik quiere atraer a Tavore al corazón de Raraku, terreno que conocen. Pero Kalam sabe de un hombre en el ejército de Tavore que también lo conoce y espera que hable cuando llegue el momento.

Escena 3

Kalam llega al desordenado campamento sitiador, que se prepara para el asalto final al día siguiente. Los sitiadores son en su mayoría ex soldados Malazanos de Siete Ciudades. Kalam se dirige a quien aparentemente está al mando y observa el uniforme: regimiento Ashok, quienes Kalam pensaba eran leales. Se presenta como capitán Irriz y dice que un mago acaba de llegar que puede volar el saliente que utilizan como defensa. Es una joven malazana que le dice a Kalam que mantenga el cuchillo de otataral lejos de ella. Irriz pregunta de dónde lo sacó y Kalam responde que de un Wickano que mató en la Cadena de Perros. Irriz pregunta por qué no está con Sha'ik. Kalam se excusa diciendo que busca una batalla más limpia. Ella se burla de él y a Kalam le extraña su deseo de matar malazanos. Ella dice que tiene sus razones y que quiere hablar con Irriz a solas. Irriz dice que quiere a los malaznos vivos, para divertirse, en especial a su capitán, Tierno, por temas personales. Peccado (la joven maga) señala que el cuchillo de Kalam puede neutralizar a su mago y Kalam está de acuerdo para entrar el primero, pensando "primero en entrar, último en salir". Kalam piensa en Tierno, uno de los oficiales más viles y tercos de Malaz: “Excelente. No me vendría mal un hombre como ese".

Escena 4

A medianoche se acerca a la fortaleza y observa hechicería alrededor de la base de las torres de asedio. Ve a Peccado saboteando las torres y se acerca. Hablan y ella explica que era aprendiz de Fayelle, quien mató a sus padres y quería matarla a ella, pero escapó. Es su venganza, además tiene allí a su medio hermano, aunque no sabe si aún vive. Kalam dice que la va a ayudar, ya que tiene cuentas pendientes con Korbolo y Kamist Reloe. Recuerda a los mil trescientos niños que había salvado. Peccado dice que ha envenenado el agua del campamento, cosa que enfermará a los hombres. Kalam piensa que algunos guardias habrán bebido ya, por lo que los espera una muerte horrible y decide matarlos por misericordia. Piensa en deshacerse del agua envenenada cuando ve a tres Malazanos bajar por una cuerda de la fortaleza asediada. Hablan y Kalam quiere que su mago vacíe los barriles de agua, pero los sitiados no están de acuerdo. Kalam quiere ver a Tierno. El soldado le dice que han venido a sacarlo a él de allí, y Kalam observa que los hombres no están hambrientos por el sitio. Explican que pueden salir cuando quieren, pero que todos quieren matar malazanos, por eso esperan allí encerrados hasta tener noticias. Kalam accede a ir si vacían el agua. Los Malazanos piden a cambio a Irriz; Kalam accede. Traen a Peccado y Kalam se vuelve al campamento, donde saca uno de los diamantes de Cotilion y el silbato de hueso. Kalam lo usa y surge un demonio Azalan de Sombra. Kalam le pide que traiga a Irriz vivo. El demonio marcha a por Irriz y Kalam se dirige a la cuerda mientras oye gritos y chirridos. El demonio lo pasa mientras sube por la cuerda cargando a Irriz. Kalam se mete en la fortaleza y el balcón se derrumba. Kalam se presenta ante ellos, que se asombran. Le cuentan que Tierno está muerto y le animan a unirse a ellos, la Segunda Compañía Ashok, de 51 soldados. Kalam les dice que tiene noticias y alternativas a quedarse allí.  Cordón le pide deshacerse del demonio y Kalam replica que el demonio ha matado a los 500 sitiadores, y que va por libre. Cordón se lo toma como una amenaza, pero Kalam dice que seguirá sus órdenes de momento, aunque sólo responde ante  Whiskeyjack o la emperatriz. Ebron cree que Kalam ha vuelto a la Garra, en misión para la emperatriz.

Escena 5

Navaja y Apsalar se acercan a Deriva Avalii, mientras la tormenta se acerca. Él le había contado la visita de Cotillion y ella se enfurece por que lo haya reclutado. La idea de que servir a Cotillion los acercaría a ambos era un error que no gustaba a Apsalar, su propia eficacia como asesina. Navaja dice que habrá problemas en la isla y ella replica que hay tiste Andii, enviados por Rake para custodiar el Trono, aislados de todo desde hace mucho tiempo. Naufragan y Navaja es arrastrado por la corriente bajo la isla y escupido en una poza subterránea, donde es salvado por un viejo tiste Andii (Darist), que explica que no ha visto a nadie más (Apsalar) y que tienen que irse, pues la presencia de vida allí, puede despertar algo que no quiere explicar. Darist dice están atacando la isla. Navaja pregunta sobre el Trono y Darist replica por qué ha venido. Navaja responde que lo envía Baruk de Darujhistan, que piensa que la isla y el Trono están en peligro. Navaja adivina que los tiste Edur han vuelto para tomar el trono de Sombra y menciona a Rake. Darist dice que si Rake no está contento con la forma en que han protegido el Trono, que venga  él mismo. Luego adivina que Navaja mintió sobre Baruk y dice si lo envía Rake, preguntando si ha renunciado a su sangre draconiana. Navaja dice que no lo sabe y Darist pregunta si Rake se ve tan viejo como él, asume por la reacción de Navaja que no y le da un recado para Rake. Navaja insiste que no lo conoce, sólo le vio una vez, luchando contra un demonio. Darist se calla y siguen caminando. Navaja se pregunta para qué quiere Cotillion saber qué pasa allí, y se da cuenta de que en cierta manera es esclavo del dios, que Azafrán sí era libre. Navaja vuelve a preguntar por Apsalar y Darist dice que solo siente la presencia de los tiste Edur. Navaja se desespera y Darist le reprende por sus sentimientos, la pérdida sólo sirve para aliviar la propia muerte inminente. Navaja lo llama idiota y le dice que se calle. Luego pregunta por la batalla. Darist dice que perdieron, que sólo queda él allí y que pronto tendrán "compañía".

Escena 6

Onrack siente la rabia de dos espíritus atrapados en las estatuas. Trull le pregunta qué sabe de los mastines de Sombra y él responde que los Logros se cruzaron con ellos una vez durante el Primer Imperio: Siete, sirviendo a un amo desconocido, empeñados en la destrucción. Trull pregunta si el Primer Impeio humano o imass y Onrack dice que el imass, que apenas conoce el humano, atraídos a él solo una vez, en respuesta al caos D’Ivers y Soletaken, donde los mastines no tuvieron nada que ver en la masacre. Onrak mira a las estatuas y comenta que sus invocahuesos crean iconos para capturar la esencia de algo y poder manejarlo, y pregunta si los Edur también. Trull pregunta si piensa que los Edur hicieron esas estatuas y si un icono puede ordenar tal poder. Onrack replica que hacemos dioses y espíritus dándoles forma y vida por la fe y pregunta si la Madre Oscuridad creo a los Edur. Trull responde que no sabe si los edur hicieron las estatuas, y que quizás la Madre Oscuridad sólo separó algo que ya existía. Onrack pregunta si quiere decir que los Edur son la sombra de los Andii liberados por la diosa. Trull responde: a todos nos liberan. Onrack dice que hay dos mastines encerrados en la piedra, la cual, al igual que las bestias, no desprenden sombra. Onrack replica que si son meros reflejos, debe haber mastines de Oscuridad, de donde los arrancaron. Trull pregunta por el tirano que fundó  el Primer Imperio humano: Dessimbelackis, desaparecido desde el Ritual de la Bestia, quien se creía virado en siete bestias. Trull dice que no cree que las estatuas sean Edur, pues no siente empatía. Son siniestros y brutales, y para dirigirlos uno debería sentarse en el Trono de Sombra, no sin antes unir los fragmentos dispersos de Kurald Emurlahn. Onrack señala que los edur tratan de hacerlo. A Trull no le preocupaba al principio, pero ve un poder oculto, algo que ha hecho de su pueblo una abominación, corrompido y ciego; una negación intencionada y egoísta, arrodillados ante intereses a corto plazo. Onrack le advierte que tal poder puede deshacerse de sus peones tras utilizarlos o si representan una amenaza. Trull está de acuerdo, cambia de tema y se pregunta por los espíritus de los mastines. Onrack apunta que  la piedra se ha conformado para abarcarlos, pues nadie pregunta a un dios si quiere ser encerrado en un icono; es una necesidad mortal, ya sea como afirmación de control o mera ilusión de poder negociar el destino. Onrack lo encuentra patético. Trull pregunta si cree que están atrapados eternamente, si es aquí es donde llegan al ser destruidos aunque a Onrack solo le pesa que si fueron destruidos en otro reino ya solo quedan cinco con vida, lo que disminuye la oportunidad de matar a uno. Trull se ríe. Onrack golpea la estatua con su espada de piedra y ésta explota, seguida por la segunda. Los mastines se liberan y uno ataca, destrozando el cuerpo de Onrack, que queda tan maltrecho que pierde su voto, la unión con el resto de imass. Los mastines se van y Trull se acerca a Onrack y le dice que no eran Mastines de Sombra, sino los reales, Mastines de Oscuridad: “no quiero ni pensar en lo que has liberado"...

Escena 7

Onrack explica que si los imass estuvieran allí completarían el rito: cortarle la cabeza y encontrar un lugar para contemplar la eternidad, desmembrar el cadáver y esparcir sus huesos, llevar su arma al lugar de su nacimiento. Como Trull no puede hacerlo, debe continuar. Se pone en pie y recupera la espada. Trull se extraña, pues Onrack aún puede moverse, pero el imass explica que ha perdido el vínculo y que su existencia no tiene sentido. Su última tarea es buscar a los otros cazadores para hacer lo que hay que hacer. Caminan por la ciudad y llegan a un puente, donde encuentran una caja de municiones Moranthianas. Llegan al portal que han estado buscando, el cual emite calor, suponen una guarda. Onrack piensa que las municiones podrían destrozar la sala y lo intenta. La explosión deja al descubierto una senda. Trull detecta algo que viene y Onrack le pide que huya, pues siente la ira de un poder brutal y extraño. Trull se aleja Onrack presenta batalla, para ganar tiempo para Trull. Cuatro jinetes a caballos aparecen por la puerta, altos, pálidos, vestidos con armadura esmaltada y blandiendo cimitarras. Onrack hiere a uno de ellos, perdiendo varios huesos y parte de su cara. Los cuatro se acercan a él y uno pregunta si "puede entender el lenguaje de la Pureza". Onrack no los ve más puros que a otros y los guerreros dicen que deben aniquilarlo por ser servidor de la Muerte. El herido, el senescal Jorrude, los para, diciendo que Onrack no es uno de los intrusos que buscan, y que no están aquí. Añade que necesita sanación. Dice Onrack podría tener respuestas y siempre pueden aniquilarlo después. Onrack les dice que parecen ser tiste, y Jorrude que sólo los Liosan son sangre tiste pura, renegando de sus primos “mancillados”. Onrack habla de los tiste Andii, diciendo que fueron los primeros, pero Enias (otro liosan) le interrumpe, diciendo que son imperfectos, que toleran a los Edur, pues tienen algo del padre Luz, pero los Andii merecen la muerte. Onrack replica que son unos arrogantes, y que ya proclamaron una guerra eterna contra otras criaturas arrogantes, hasta su extinción. Cree que los t'lan imass deben buscar un nuevo enemigo y quizás se puedan divertir con los Liosan. Jorrude advierte a Onrack que si no responde a sus preguntas lo destruirán. Los cuatro Liosan se disponen a atacar cuando Trull aparece por el puente con ayuda. Cuatro t'lan imass aparecen junto a Trull. Onrack los identifica como Monok Ochem e Ibra Gholan y les dice que es el único superviviente del grupo que cazaba a los rebeldes tras la inundación. Monok dice Onrack ha fallado al Ritual y debe ser destruido, pero Onrack dice que es prisionero de los Liosan y ellos lo harán. Jorrude replican que estan encantado de entregarles a Onrack pues no tienen nada en contra de los imass. Jorrude pregunta a Trull si quiere ir con ellos como sirviente. Trull se niega. Jorrude dice que se van, pero Monok replica que no les resultará fácil: están en un fragmento de Kurald Emurlahn y los liosan han permanecido aislados durante demasiado tiempo, sin saber nada de otros reinos, nada de las Puertas Heridas, de los ascendientes y sus guerras. Jorrude responde que sirven a Osric, el hijo del Padre Luz. Monok pregunta cuándo Osric caminó entre ellos, y les informa que Osric es uno de los contendientes de otros reinos, incapaz de volver con ellos, pues está perdido. Monok sugiere trabajar juntos en un ritual para crear una puerta, usando Telann, a los Liosan, y parte de sangre de Trull.



Capítulo Diez

Escena 1

Karsa desea que Bairoth estuviera vivo para ayudarle con las tallas de los siete dioses Teblor, a las que les falta algo, al contrario de las tallas de Delum y Bairoth, que parecen, al igual que el bosque, que tengan vida. Karsa siente que el bosque ya no es su refugio y que Raraku da una falsa ilusión de que el tiempo se detiene, pero los ejércitos marchan para sitiarlos. Leoman llega y pregunta por las siete estatuas (reconoce a los Toblakai). Karsa los llama "mis dioses" y Leoman se sorprende y añade que todavía lo llaman. Leoman pregunta qué quieren de él y Karsa calla. Leoman trae noticias de los Malazanos. Él cree que deben entorpecer la marcha de Tavore mediante pequeñas refriegas. Sha'ik accede a que lo vigilen en lugar de acosar, pero Leoman dice que fuera hará lo que quiera. Karsa le advierte que Sha'ik lo sabrá. Leoman empieza a quejarse y Karsa replica que es Malazana, aunque Leoman argumenta que ha renacido convertida en la voluntad de la Diosa, y su pasado no importa. Karsa piensa que ella está atrapada por un miedo que nace de un secreto que no compartirá, que solo conoce Heboric. Leoman le dice que parece derrotista y Karsa replica que una vez juró que los Malazanos eran sus enemigos, pero ahora conoce más mundo y ha visto que no son tan crueles, de hecho, profesan la justicia. Los habitantes de las Siete Ciudades sólo desean el poder que los Malazanos ahora sostentan, para aterrorizar a su propio pueblo. Karsa siente que ésta no es su guerra. Leoman dice que es cierto, que él ha visto mucho mundo también y eso Sha'ik le llama desleal. Pregunta a Karsa por qué cree que se ha quedado allí (Leoman) y se autoresponde: el apocalipsis, la aniquilación de todos. Por cada gesto de bondad y compasión hay diez mil actos de brutalidad. ¿Lealtad? No tiene para nadie. Cuanto antes desaparezcan, mejor será el mundo. Karsa observa sus tallas, la luz las hace parecer casi humanas. Leoman calla.

Escena 2

Heboric, L'Oric, Sha'ik, Febryl, Felisin la Joven y Bidithal observan la Baraja a la Casa de Cadenas. Heboric detecta defectos en todas, mientras L'Oric detecta un gran poder, mayor que el poder de Sombra en su nacimiento. Bidithal replica que Sombra nunca podrá desvelar el poder del, en la nueva Casa, el tema es puro, el giro de la casualidad caótica estropea a todos. Heboric se pregunta si la nueva Casa será aliada o enemiga; se inclina hacia enemiga, como piensa que hace L'Oric, mientras Bidithal piensa que será una fuente de fuerza renovada. Sha'ik pregunta por el nuevo neutral y Bidithal dice que la idea de un Señor de la Baraja es absurda. Sha'ik pregunta a Heboric, que dice que no hay vínculo de poder entre sus manos y la Baraja, pero quiere saber su opinión como sacerdote e historiador. La imagen muestra una figura alta con una cicatriz en su rostro, en un puente agrietado de piedra, con el horizonte en llamas, rodeados de seguidores o siervos. L'Oric señala que podrían ser guardianes soldados. Heboric pregunta dónde está y Sha'ik dice  que sobre enormes huesos no humanos, parte de un cráneo de largo hocico y colmillos, con los restos de un casco. Heboric siente dolor y angustia. Sha'ik continúa descibriendo la figura y Heboric pregunta detalle tras detalle, su posición, sus ropas, adornos… Sha'ik y L'Oric sospechan que Heboric sabe algo. Febryl pregunta por la posición de la figura y Heboric responde que es una espada, una muy especial que como la figura forjará su destino, sin guía alguna. L'Oric lo describe como un imán del orden, en oposición a la Casa de las Cadenas, solo frente a los siervos de la Casa. Heboric parece roto y se niega a hablar más, pensando que la humanidad es una familia en guerra consigo misma. Añade que tiene fe en el Señor de la Baraja y su respuesta a la Casa de Cadenas.
Fuera el ejército de Dom se entrena con técnicas malazanas y piensa que ambos  ejércitos están igualados. Tavore aventaja en munición pero Sha'ik tiene la hechicería, pues Tavore no tiene magos salvo Nada y Menos, totalmente rotos. Piensa que Sha'ik puede ganar. Felisin la Joven le dice a Heboric que debe irse o lo que le persigue lo matará, algo atrapado en su carne moral y le pregunta qué pasará cuando falle su carne. Heboric  dice que su muerte puede sellar el portal. Felisin le advierte que el poder de sus manos está desvaneciéndose. Una isla de otataral fue creada para aprisionar  la estatua del gigante, pero Heboric le ha permitido escapar a través de sus manos, y por eso debe irse. Heboric no quiere dejar a Sha'ik sola. Felisin dice que irá con él y buscará un guerrero leal, pero Heboric le dice que no diga nada, incluso a Leoman, a quien ella iba a preguntar.

Escena 3

Leoman pregunta a Karsa si lo seguirá cuando cabalgue y Karsa replica que no tiene caballo. Leoman explica que en el Jhag Odhan hay grandes caballos salvajes criados por los jaghut y cuenta la matanza de los Jaguth por los Logros t'lan imass. Karsa reconoce a los Logros como parte del pasado Teblor y se prepara para marchar, sin que le esperen. Preocupado por Felisin, Karsa quiere matar a Bidithal antes, pero Leoman responde que Heboric y ella abandonarán el campamento pronto y había pensado que Karsa los acompañara. Karsa se niega y Leoman le dice que Heboric  tiene verdades sobre él y un día tendrá que pedirle ayuda. Karsa se burla. Leoman piensa que esto distraerá a Sha'ik de la Casa de Cadenas y Karsa piensa en sus cadenas, que lo persiguen desde antes de su partida, moldeando a las tribus con sus lecciones de honor y sacrificio entre los Teblor y sus siete dioses, entre él mismo y sus dioses. Ve cadenas en sus sueños y los fantasmas que (según Heboric) le persiguen; y se pregunta si esa nueva casa es la suya. Urugal despierta y Karsa siente mil almas gimiendo en su cabeza. Urugal le dice a Karsa que han esperado mucho para esto, que olvide a sus amigos porque los sentimientos ofenden a sus dioses, ahora despiertos. Karsa advierte a Urugal que él los liberó y los trajo aquí, y puede destruir las tallas. Los dioses se enfadan y Urugal le dice a Karsa que están cerca de lo que quieren y le ordenan ir allí. Karsa pregunta el motivo y Urugal responde que buscan la libertad. Karsa les informa que partirá al oeste al amanecer, al Jhag Odhan,el mismo lugar que quieren que vaya. Los dioses se desvanecen y Karsa sabe que no son tan poderosos ni están tan cerca de la libertad como ellos quieren que piense.  Vuelve a fijarse en sus amigos, motivo real de ese lugar sagrado, creado por sus propias manos y se disculpa diciendo que buscaba su gloria sin ver que la tenía a su lado, en ellos. Las tallas de los guerreros empiezan a hablar, disculpándose, diciendo que fueron ellos los que le fallaron. Karsa, en medio de la locura, les pide que vuelvan a caminar con él. Ellos aceptan, liberando a Karsa de su culpa. Él piensa: "Querido Urugal, serás testigo”

Escena 4

L'Oric entra tienda de Heboric, que medita sobre la muerte, y le ofrece intercambiar conocimiento. Heboric no se fía, pero L’Oric le dice que le puede dar información del gigante de jade. Heboric accede, pero al días siguiente, pues está cansado. L'Oric se ofrece a prepararle un té y Heboric le pide que se vaya lejos del campamento cuando llegue el fin, una promesa difícil, pero que tomará en cuenta. Mientras hace el té, reflexiona sobre las sendas, textos antiguos hablan de un triunvirato: Rashan, Thyr y Meanas, estrechamente relacionados entre sí,  y vinculadas a las correspondientes sendas ancestrales. Sus variantes humanas se confunden entre sí, con temas mutuos entre oscuridad y sombra, y, presumiblemente, Luz. Incluso Anomander Rake ha reclamado el Trono de Sombra y lo proteje con sus tiste Edur. Reflexionan luego sobre la longevidad edur, y la compara con las cortas vidas humanas, imaginando tiranos tiste eternos, comparados con los humanos. Heboric  responde que los humanos son más violentos y propensos a la tiranía. L'Oric piensa en un poder devastador, como Kellanved y su Imperio, imaginándolo eterno. Heboric se ríe, diciendo que tal vez lo sea, pues los humanos ya han entrado en el juego, contaminado Kurald Galain y Kurald Emurlahn, y quizás Meanas y Rashan sean la puertas de oscuridad y sombra, inseparables a tenor suyo. Un triunvirato interdependiente siempre peleando, pelea a la que se han unido el resto de sendas. L'Oric le dice que ha venido para advertirle de la intromisión tiste en asuntos humanos y Heboric le advirtie de lo contrario. Heboric nota algo raro en la voz de L'Oric, pero le parece absurdo y le pregunta sobre la estatua. L'Oric  quiere a cambio detalles sobre Sha'ik y el nuevo Señor de la Baraja, para lo cual Heboric le dice que tendrián que reunirse los tres y L’Oric revelar cosas sobre sí mismo. L'Oric cree que el señor de la baraja se creó a raíz de la catástrofe de Malaz en Genabackis y que está relacionado con los Abrasapuentes, aniquilados por el Dominio Painita. Heboric dice que es probable y L'Oric reseña que la influencia de Malaz crece no sólo en el mundo terrenal, sino en las sendas y ahora en la baraja de los Dragones. Heboric comenta que comete un error al asumir que el Imperio es monolítico y que no cree que el señor de la baraja sirva a la emperatriz. Respecto a los Abrasapuentes, dice que algunas lealtades desafían al mismo Embozado.  L'Oric ata que el Señor de la Baraja fue un Abrasapuentes, pues tiene sentido y explica que Kimloc, un caminante espiritual, ha dado a un abrasapuentes una canción Tanno que comienza en Raraku, lugar de nacimiento de los Abrasapuentes. Aunque luego piensa que no es tan importante, pues para que la canción se santifique un abrasapuentes debe volver a Raraku, cosa poco probable. La hechicería Tanno es elíptica, se ha cantado y vive, como un hechizo activo, a la espera de resolución.
Heboric interrumpe y pregunta por el gigante de jade y L'Oric le dice el primero fue encontrado en las minas otataral (Heboric se sorprende de que pueda haber más de uno); los mineros que lo encontraron desaparecieron, además se encontraron secciones de otros dos gigantes y las vetas se cerraron. Los define como intrusos llegados a nuestro mundo desde otro reino. Heboric replica, llegados para ser apresados en cadenas de otataral. L'Oric piensa que alguien está anulando la amenaza de esos gigantes, pero Heboric no está de acuerdo, y cree que el paso de los gigantes a través del portal es lo que crea la otataralita, aunque no está seguro. Hay teorías de que la otataralita la crea la aniquilación de todo lo que es necesario para que funcione la hechicería y que una hechicería de gran magnitud la desató. Un poder por encima de los dioses pero que un ritual colectivo podía hacerlo. L'Oric apunta al Ritual Telann y Heboric añade: o la invocación del dios Tullido, lo que deja L'Oric sin habla. L'Oric dice que le va a dar una última información, aunque revelará mucho sobre sí mismo. Heboric  escucha perturbado, con la sensación de que sus manos fantasmales se convirtían en el peso del mundo.

Escena 5

Leoman ve a Karsa marchar. Karsa le advierte de no aniquilar  al ejército de Tavore para no despertar algo mayor, pero Leoman se burla. A su vez, Leoman advierte a Karsa que si debe arrodillarse ante un poder, primero lo mire con ojos claros. Karsa se va, flanqueado por los guererros teblor, a los que se puede ver y oír.

Escena 6

Reloe le dice a Dom (que lo detesta como a todos los magos) que Karsa se ha ido. Ambos creen que Leoman pronto se irá y que Febryl adelantará sus planes, aunque a Dom le preocupa Heboric, pero Reloe no le da importancia. Los dos discuten sus planes para  alcanzar el trono que desean: Febryl mata Sha'ik, Tavore mata Febryl, Dom y Reloe destruyen a Tavore y su ejército para acabar luego con la rebelión en Siete Ciudades y son recompensados por la Emperatriz. Luego matan a la emperatriz (no está claro si ellos o algún otro empuñando el cuchillo) y los Espolones se encargan de las Garras mientras Dujek está indefenso en otro continente. También explican que Mallick Rel participa en la conspiración aunque sin decir cómo. El último fleco es L'Oric, pero Dom dice que él se encargará de eso.
Cuando Reloe se va, Dom piensa en cómo deshacerse de toda la magia para devolver el destino de los mortales a ellos mismos y entonces forjaría un imperio bajo su ley,librando al mundo de todas las razas y pueblos. Sin Whiskeyjack, nadie podría detenerlo.



Capítulo Once

ESCENA 1

Gamet, Tavore y Baralta dejan la ciudad por delante del ejército, que ya marcha, mirando el lugar donde murió Coltaine. La colina, plagada de hormigas, es un mausoleo: trenzas tejidas en cadenas, cráneos de perro, plumas de cuervos, etc. Tavore se pregunta quién lo hizo y Baralta cree que los clanes que lucharon contra él: Khundryl, Semk…, una honra que Tavore no entiende y para lo que Baralta no tiene respuesta, aunque dice que esto no es nada comparado con lo que hay camino a Aren. Tavore reflexiona; debe caminar sobre su legado, sola, recorriendo la sombra de ese hombre hasta Raraku.
Gamet informa que el Clan Cuervo no acepta a Temul como comandante. Mientras regresa, Gamet piensa en los actos finales de Duiker antes de ser apostado al árbol, y en el hecho de que su cuerpo nunca fue encontrado. Baralta duda de la capacidad de Tavore para esta tarea,  Gamet la reafirma pues aunque ella no ha hecho nada para ganarse tanta lealtad, él tiene fe en ella.

ESCENA 2

Cuerdas y Gesler conversan de camino a Aren. Gesler cree que la fe es para los locos, y Cuerdas replica que un soldado sin fe es un muerto. Gesler, señala los árboles con manchas de sangre y pide preguntar a los fantasmas por la fe. Para Cuerdas la traición de la fe no arruina la idea de fe, aunque para Gesler la fe se reduce a quién está en al mando (y no le tiene mucha): Tavore. Dice que Cuerdas tuvo suerte con sus comandantes, pero que él tuvo a Dom, que pensaba que Whiskeyjack debía reclamar el trono. Gesler dice que Dom pensó que el fracaso de Whiskeyjack fue una traición y Cuerdas replica que Dom puede quejarse a WJ en persona, ya que la emperatriz probablemente enviará al ejército Genabackis. Mientras marchan, pasan por los árboles con signos de los soldados clavados en ellos y que Tavore había prohibido cortar. Cuerdas se pregunta si ahora se arrepiente. Mira a Tavore, líder del ejército, una figura delgada ante una tormenta de arena,  y piensa que ella por lo menos entiende todo esto. También piensa en curiosa coincidencia con Sha'ik y su ejército del Apocalipsis. Dos ejércitos, fuerzas en oposición, reflejos uno del otro. Suceden cosas extrañas, Cuerdas se sinete febril y de vez en cuando, una canción totalmente desconocida se elevaba desde el fondo de su mente, haciendo temblar su carne. Sigue reflexionando sobre las dualidades de Tavore/Sha'ik y Tavore/Coltaine y su vuelta a Raraku, el desierto que lo vio destruido sólo para levantarse de nuevo, renovado pese a su edad, de igual manera que para los Abrasapuentes, como si Raraku les robara algo de su mortalidad y lo reemplazara por otra cosa.
Mientras caminan piensa en sus hombres: Koryk y Chapapote estaban bien, Sonrisas le recuerda a Lástima, Botella, un joven mago con un puñado de hechizos menores, y Sepia, una versión desdichada de Seto. Gesler señala el árbol donde encontraron a Duiker, el cuerpo robado cuando regresaron. Hacen un alto y Gesler, Borduke y Cuerdas comentan que sus magos son todos Meanas y tal vez puedan crear una ilusión. Ranal llega y dice que Keneb quiere un recuento de magos. Gesler dice que no tienen ninguno, pero Cuerdas interrumpe y dice que tienen tres menores. Ranal se va y Cuerdas le dice a Gesler que ayude a Keneb. Gesler no confía en Keneb, pues fue el único superviviente de su compañía. Cuerdas le advierte que es pronto para comenzar a afilar cuchillos.

ESCENA 3

Al final del día, Gamet piensa que no han avanzado apenas. Mira a los Wickanos, muy viejos o muy jóvenes; los viejos en memoria de Coltaine, los jóvenes por la gloria pasada. Se lamenta de Temul por sus problemas con los Wickanos. Se reúne con Tavore en su tienda, pues espera noticias.  Topper aparece a través de un portal y les dice que viene de Genabackis con malas noticias. Tavore pregunta y Topper dice: pérdidas... pérdidas terribles.

ESCENA 4

Botella está escuchando la conversación de la tienda de Tavore. Piensa en el consejo de su abuela: no importan las sendas, la magia profunda es mucho más antigua, debes buscar raíces y zarcillos... la tela tejida de criatura a criatura, todas vinculadas. Y está dentro de ti... Para montar esos zarcillos.

ESCENA 5

Tavos Estanque y Balgrid comentan a Cuerdas que  Botella está ahí fuera pero no pueden sentirlo. Éste aparece y les cuenta lo occurido en la tienda de Tavore, el ejército de Dujek derrotado, los Abrasapuentes aniquilados, y Whiskeyjack muerto. Cuerdas se queda en shock y se aleja. Ve a Temul llorando y éste, al verlo saca el cuchillo. Cuerdas le pide que se tranquilice, que él siente pena esa noche. Temul se queja de que no le aceptan como líder y por eso se autocompadece. Cuerdas lo alecciona, y le explica que si no hace nada acabará muerto y que Tavore querría, pero sin que quede mal. Le sugiere robar los caballos a los Wickanos, sus juguetes favoritos. Cuerdas pregunta por un pergamino que cuelga de su caballo y Temul le dice que era de Duiker, persona que impresionó a todos e incluso Coltaine le dio el atapa-almas de Baruk, para que los cuervos lo encontrasen: un niño nacido de la tribu, una vez vacío y luego lleno. Cuerdas pregunta si Coltaine ha renacido y Temul dice que sí y por eso guarda el caballo de Duiker para cuando regrese. Cuerdas le recuerda que Duiker le eligió a él, con Nada y Menos, para proteger a los refugiados. Temul se envalentona y va a decirle al Tavore lo que planea con los caballos Wickanos. Temul se va y Cuerdas apoya su cabeza en sus manos.

ESCENA 6

Topper termina su informe con el heroísmo de Paran y su muerte a modo de redención. Ni un solo Abrasapuentes quedó vivo; el propio Tayschrenn vio sus cuerpos en Engendro de Luna. Gamet, piensa en los sacrificios  de Tavore, Paran nunca había sido un renegado ni responsable de la muerte de Lorn, por lo que el sacrificio de Felisin lo considera innecesario. Topper también informa que Laseen planea enviar la hueste de Dujek al norte para abrir un segundo frente y que Dujek tome el mando general (un duro golpe a la confianza de Tavore), aunque llegará tarde y roto, a cargo de un ejército devastado, algo que debía haber sabido Tavore antes. Gamet cree que la Emperatriz nunca tuvo confianza en ella, pero no tiene otra opción que dejarle el destino del Imperio en Siete Ciudades a Tavore. Tavore pregunta si eso es todo y Topper,  sorprendido, pregunta si quiere enviar un mensaje a Laseen. Tavore niega. Topper comenta que tras la caída de Fener puede haber deserciones en su ejército, pero Tavore lo niega y lo despide. Topper trata de dar un último consejo militar y Tavore le dice que su papel es patrón de la Garra, que escuchará a Dujek pero mientras seguirá  su instinto y si Laseen no está conforme, puede substituirla. Topper se va.

ESCENA 7

Cuerdas regresa al campamento y se encuentra con Sepia, que le dice que todo está muy lejos. Cuerdas contesta que se siente cerca. Sepia le agradece las municiones, las cuales van almacenando sin decir nada. Sepia dice que las usará con Dom, aunque muera él mismo. Cuerdas piensa que eso hizo Seto en sus últimos momentos y que desearía haber estado allí con ellos. Sepia comenta que Ben el Rápido está vivo y Tayschrenn lo ha hecho mago supremo y que Paran murió con ellos. Cuerdas se pregunta si Tavore estará afligida y hablan si  Tavore debe ser como el hierro caliente o frío. Sepia cree que lo mejor ser hierro frío, que Tavore tiene esa cualidad y ellos deben sacarla a la luz.
Cuerdas se marcha pensando que debe encontrar hierro frío en su interior.
 
 

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