Autor: Steven Erikson
Fecha: 2011 (castellano)
Saga: Malaz - El Libro de los Caídos 5
Género: Fantasía épica adulta
Sinopsis:
Tras años de guerras intestinas, las tribus de los tiste edur se hallan
bajo el mando del rey hechicero. La paz se logró a un precio terrible:
un pacto con un poder oculto cuyos motivos son, en el mejor de los
casos, sospechosos; en el peor, mortales. Al sur, el reino de Lether,
que desea que se cumpla el papel que profetizaron
para él largo tiempo atrás como imperio renacido, ha esclavizado a
todos sus vecinos menos civilizados salvo a los tiste edur. El destino
ha decretado que también ellos han de caer. La lucha que librarán estos
dos pueblos será un pálido reflejo de un conflicto más primitivo.
Antiguas fuerzas se unen y con ellas la herida abierta de una vieja
traición y un ansia de venganza...
Mi opinión:
En esta quinta entrega del Libro de los Caídos, Erikson demuestra su falta de compasión y piedad con el lector. Si no habíamos tenido suficientes tramas e intrigas en los libros anteriores, si no nos habíamos perdido suficiente entre Sendas y Casas, dioses, ascendientes, razas ancestrales, etc..., Erikson nos remonta a hechos anteriores a los Jardines de la Luna para introducirnos en otro continente de su mundo, donde dos civilizaciones luchan por la supremacía territorial.
Por un lado tenemos a los tiste edur, introducidos en La Casa de Cadenas por medio de Trull Sengar, a quien en el prólogo del libro encontrábamos encadenado a un muro en un reino inundado, y por otro al reino de Lether, relacionado con el siempre presente Primer Imperio.
Erikson utiliza sus conocimientos como antropólogo para presentar dos civilizaciones totalmente opuestas, fácilmente asimilables para el lector en el contexto mundial actual. La familia Sengar, magistralmente trazada por la pluma del canadiense, rápidamente empatiza con el público ávido de aventuras, y Trull se abre camino por si solo hasta nuestro corazón.
Los que han llegado hasta aquí saben que Erikson no es un tipo fácil, y aquí lo demuestra no sólo introduciendo un sinfín de nuevos personajes de los que se supone volveremos a saber en las siguientes entregas (o no). Pero eso sería demasiado simple, por lo que el autor nos sumerge en el mundo de las Fortalezas, de las cuales nos había dado algunas pinceladas en anteriores entregas, pero que en Mareas de Medianoche copan el panteón de deidades. Aún así no es tan malo y, entre las páginas que pueblan este quinto volumen, nos otorga con una explicación de su puño y letra sobre lo que es una Senda, y se detiene mucho más en las Fortalezas. Pero no os hagáis muchas ilusiones: tampoco queda del todo claro.
En cuanto a la trama en sí, es bastante simple en su contexto principal: la guerra entre los edur y Lether. No obstante, y como ya nos tienen acostumbrados, se abren nuevas líneas que vislumbramos tendrán una conexión con echos futuros y el Imperio de Malaz, aunque quedan muchos cabos por unir y muchas preguntas por contestar.
La acción es muy atractiva, en gran parte por la gran meticulosidad con la que Erikson describe a ambas sociedades y su existente relación fruto de la vecindad: la esclavitud en diversas manifestaciones, el servilismo, codicia, honor, ..., todo se mezcla en un amalgama que te engancha a las páginas del libro y hace que las devores con pasión.
Erikson también nos da una buena dosis de caramelos, con información acerca de los tiste Andii y su relación con los edur, además de explicar lo que podíamos denominar como historia antigua del mundo de Malaz. Además volveremos a ver en acción a los forkrul assail y a otras razas más conocidas, como los jaghut y los K'Chain Che'Malle. Todo un lujo para los fans.
El único pero que puedo ponerle al libro, como ya me sucedió con la primera entrega de la saga, encuentro una dosis de desproporcionalidad excesiva en el poder de la hechicería, prácticamente al servicio de cualquiera, que hace dudosa la posibilidad de la creación y expansión de civilizaciones e imperios al uso. Esa sensación de: ahora sale un bicho más poderoso que el que había salido hace un rato me disgusta, aunque asumo que es un precio a pagar por la genialidad de la atmósfera de Malaz.
Valoración:
Fuente:aquí |
El único pero que puedo ponerle al libro, como ya me sucedió con la primera entrega de la saga, encuentro una dosis de desproporcionalidad excesiva en el poder de la hechicería, prácticamente al servicio de cualquiera, que hace dudosa la posibilidad de la creación y expansión de civilizaciones e imperios al uso. Esa sensación de: ahora sale un bicho más poderoso que el que había salido hace un rato me disgusta, aunque asumo que es un precio a pagar por la genialidad de la atmósfera de Malaz.
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